Como es lógico, cada uno de los métodos tiene sus ventajas y sus inconvenientes, así que vamos a ver cada uno de los tipos con sus definiciones, sus pros y sus contras. Escritor Brújula
Escritor Mapa
Es importante tener en cuenta que los dos métodos descritos anteriormente son una idealización, en el sentido de que es muy difícil (por no decir imposible) ser puramente uno de estos métodos. De hecho, la mayoría somos una mezcla de ambos, que es lo que se ha empezado a llamar escritor catalejo; hay otros términos, pero este es el que a mí más me gusta porque se adapta muy bien a las metáforas.
El escritor mapa tiene la totalidad del camino que va a seguir la historia plasmado en el mapa; conoce todos los valles, montañas y ríos antes de ponerse a escribir. En cambio, el escritor que solo se guía con una brújula solo puede ver lo que tiene inmediatamente delante, sin conocer qué le deparará el camino más adelante. En este sentido, el catalejo es un punto intermedio: no te permite ver la totalidad del camino, pero sí puedes ver lo que tienes a cierta distancia. En realidad, un factor determinante es la complejidad de la historia que quieras escribir: una trama muy compleja requerirá, posiblemente, que en algún momento te sientes a pensar cómo quieres organizarla. ¿Puedes escribirla en modo brújula? Por supuesto, pero ten en cuenta que lo más seguro es que tengas que hacer bastantes reescrituras para mejorar la estructura. También puedes escribir una historia muy simple siendo un mapa puro, aunque en estos casos puede ser más ideal hacerlo en modo brújula. Lo cierto es que alguien que sea muy brújula o muy mapa es difícil que cambie su método, independientemente de la historia. No obstante, un escritor catalejo puede mezclar más o menos los métodos, eligiendo en cada momento lo que más le convenga de cada uno. Recuerda: las cosas, en general, nunca son ni blancas ni negras; casi siempre jugamos con una escala de grises. LINK AL VÍDEO DE YOUTUBE: https://youtu.be/XWy5R0jxGp0
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